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A propósito de nuestra frustación y desencanto, recibimos esta mañana en nuestra dirección de correo el siguiente mensaje de nuestro otrora pre-candidato preferido para 2011:
"Ratifico que quiero ser candidato, más que nunca quiero ser candidato para ser presidente. Voy a presentarme en las internas obligatorias y simultáneas de agosto con una propuesta alternativa, potente y sólida para enfrentar al Kirchnerismo. Construir esta propuesta implica llegar a la mayor cantidad posible de ciudadanos para que se comprometan y participen, y para eso hace falta tiempo y autonomía. Tiempo para construir y autonomía para ser verdaderamente alternativos al oficialismo. La ratificación por parte del Gobierno Nacional de la realización de la elección del 14 de agosto abre una nueva perspectiva: todos los argentinos estamos convocados a participar de una elección primaria que hasta hace unos meses era una ley sin aplicación visible. Por eso, con la convicción de que la Argentina necesita una construcción alternativa que llegue a agosto en condiciones de expresar la voluntad de millones de argentinos que quieren un país distinto, que se desarrolle incluyendo y que haga del compromiso y la participación de los argentinos la garantía de un país serio y confiable que empezaremos a legitimar el 14 de agosto. Ratifico que soy candidato, ratifico que quiero un país distinto y que lo construiremos entre todos".
Todo muy lindo, pero no alcanza.
Desde estas páginas apoyamos abiertamente al senador mendocino, y coincidíamos en la necesidad de determinar con premura el candidato oficial de la UCR, para contar con el tiempo necesario para la construcción política de una alternativa real al Kirchnerismo.
Desde el primero de mayo, decíamos, el partido debía encolumnarse detrás del ganador de la interna, aunando esfuerzos. Pedíamos también ultimar detalles para terminar de sellar las alianzas con el Socialismo, con GEN, y otras fuerzas de la oposición no-peronista. Soñábamos con un dream-team para Octubre.
Nada de eso es posible si debemos esperar a agosto.
A pedir del Kichrnerismo, se dilata así la posible construcción de una alternativa real. Para peor, con el advenimiento de las próximas elecciones provinciales, se continuará instalando la sensación del "efecto Cristina", y de que un holgado triunfo en Octubre es posible.
En nuestra opinión, la explicación de nuestro candidato favorito no alcanza para terminar de justificar la postergación.
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