En La Nación de hoy, imperdible entrevista a nuestro candidato preferido para el 2011. Es una buena noticia: finalmente, ha confirmado que disputará las internas. En su momento, aportamos nuestro granito de arena...
Hemos optado por incluir la entrevista completa, resaltando con negrita algunas respuestas interesantes.
Habida cuenta de que el principal déficit de nuestro candidato es que es poco conocido, notas como la de hoy son súmamente importantes. Enhorabuena, aún a pesar de algunas respuestas que, a priori, pueden sorprender (cómo sucedió con nosotros).
Así comienza la entrevista: "Lo estoy notificando en este momento. Voy a ser candidato y voy a competir en la interna, cualquiera que sea el modo y el momento en que se celebre.
-¿Cuál sería su política ante los cortes de calles y los piqueteros?
-El Estado tiene que tener una política muy clara que no pasa por la represión. Comparto con este gobierno que la mejor política es la disuasión pacífica. Pero eso sí: hay un principio que es el de respeto por la ley y de las decisiones de los jueces que un gobierno debe garantizar. El ejemplo del parque Indoamericano muestra que cuando desde el Gobierno hay decisión firme y se traslada a las fuerzas de seguridad, y desde ahí a los ocupantes, tenés el 50% del tema resuelto. El otro 50% del tema es persuasión, disuasión, diálogo.
-¿Coincide con que la policía asista desarmada a las manifestaciones?
-No creo que haya que desarmar a la policía. Lo que creo es que hay que prepararla y profesionalizarla para que sepa para qué sirve tener un arma y que sólo se puede utilizar en situaciones excepcionales, proporcionales a lo que tiene enfrente.
-Hoy se reparten por lo menos $ 15.000 millones al año en planes sociales, ¿Los mantendría, ampliaría o eliminaría?
-El asistencialismo como herramienta para combatir la desigualdad es una herramienta de corto plazo. Una herramienta del «mientras tanto», que en la Argentina de algunos años que vienen seguirá siendo necesaria. Pero la brecha de desigualdad sólo se combate generando oportunidades. Y, para eso, la Argentina necesita una revolución educativa. Hay que invertir mucho en calidad de la educación pública, en infraestructura social básica.
-La asignación universal por hijo cuesta $ 7000 millones al año y extenderlo a todos los chicos del país por $ 200 cada uno rondaría los $ 25.000 millones anuales. ¿Qué planes tiene sobre eso?
-Ampliarlo. En una primera etapa y con esta brecha de desigualdad, mientras logramos esa revolución educativa, tenemos que ampliarlo. Yo promuevo políticas universales en serio. Universales significa a todos. Pero lo que no se puede es tenerlas como horizonte permanente, por lo que ese «mientras tanto» lo iremos reduciendo a medida que vayamos incorporando a muchos de ellos en la estructura social.
-Según los analistas privados, la inflación ronda hoy en entre el 25 y 30 por ciento. ¿Cómo la frenaría?
-La inflación tiene tres componentes. El primero es la emisión monetaria; el segundo -para mí, el más importante-, es que la oferta está perdiendo la batalla con la demanda; y el tercero es la expectativa inflacionaria, que el gran culpable es este gobierno. La intervención del Indec generó expectativas simplemente porque la gente sabe que sus índices son truchos. Si trabajamos estos tres elementos, en un año o año y medio tendríamos una inflación acotada.
-¿Reintegraría al Indec los técnicos que se fueron?
-¡Absolutamente! Creo que hay una cuestión de reparación no sólo legal, sino de reparación moral. Uno de los problemas de este país es que todas sus instituciones afrontan una discusión sobre su rol: si los DNU son una herramienta para el Ejecutivo o el Legislativo; en el Judicial, si el Consejo de la Magistratura es el que administra los fondos o es la Corte Suprema; en el Banco Central, si es el custodio del valor de la moneda o es el banco de desarrollo que quiere la Presidenta; el Banco Nación si es prestamista de la producción o del Gobierno; la Anses, si está al servicio de los jubilados de ahora y de los que vienen, o es un prestamista mayorista del Gobierno...
-¿Planea estatizar empresas de servicios públicos?
-Hay que analizar cada caso en particular y en función de cuál es el beneficio último para los usuarios. Ahora, ¿ese servicio lo debe prestar el Estado o lo puede prestar un privado? La verdad es que me es indistinto. Si lo presta el Estado, lo debe prestar bien, eficientemente, y que no dé lugar a negociados. Y si lo presta un privado, el Estado debe estar encima de él las 24 horas para que se cumplan los mismos parámetros.
-¿Qué haría con las retenciones, que permiten recaudar US$ 11.500 millones? ¿Las eliminaría o modificaría?
-Creo que hay que ir a un esquema de disminución progresiva. Pero ningún gobernante podría, de ninguna manera, eliminar las retenciones porque se han transformado en una fuente imprescindible de financiamiento del sector público.
-En el transporte público queda por resolver el dilema entre la actualización de las tarifas y los subsidios, que rondan los $ 63.000 millones al año, y las distorsiones que generan...
[Interrumpe] -Las distorsiones no están dadas por los montos, sino por la aplicación. No lo tengo miedo al subsidio al transporte en la medida que eso genere un beneficio al usuario. Para eso debemos aplicar una política de subsidios con contraprestaciones del otro lado. Pero si la política del subsidio es para que los funcionarios obtengan retornos o para que se enriquezcan los prestadores de esos servicios mientras la gente viaja como ganado, ése no es el país que yo quiero.
-¿Y Aerolíneas Argentinas? Pierde $ 8 millones por día. ¿Debe seguir siendo del Estado?
-Yo, hoy, no la privatizaría. Se ha recorrido un camino en el que es mucho más costoso desandarlo que tratar de hacerla eficiente para que no genere la pérdida que está generando. Y si vamos a ponerle subsidios, que Aerolíneas se haga cargo de aquellos lugares que otras líneas aéreas no podrían competir, trataría de generar competencia para beneficio final del usuario, pero pensando en su rol social.
-¿Apelaría a las reservas del Banco Central? El Gobierno prevé utilizar US$ 7500 millones este año.
[Tajante] -Absolutamente sí. No creo en un Banco Central desligado de la economía real, en un Banco Central que sea una isla. Creo que el Banco Central es una herramienta para un proyecto económico de desarrollo, aunque por supuesto tampoco creo que el Banco Central sea un prestamista del sector público. Debe ser un banco que apunte a direccionar el crédito de los bancos a la producción, a fomentar financiamiento que el sector productivo hoy no tiene.
-¿Dejaría que el Fondo Monetario auditara las cuentas públicas?
-Sí, [que audite] el que quiera. No tengo prejuicios. El Fondo Monetario fue muy perverso para la Argentina en un momento en el cual tuvimos gobiernos débiles que no pudieron marcarle la cancha al Fondo.
-También sobre el frente externo del país, ¿cómo sería su relación con Estados Unidos?
-Adscribo a la multipolaridad y a la vinculación entre bloques. Lo primero que debe hacer la Argentina es definir qué haremos con el Mercosur. Con Brasil tenemos que fortalecer el bloque para después, junto con Chile, vincularnos con Estados Unidos y con la Unión Europea, a la que le apunto mucho. Si tengo que apuntar a un eje, yo apunto a la relación Mercosur-Unión Europea porque nos aportará fortalezas y defensas frente a lo que avizoro como una guerra entre Estados Unidos, China e India.
-En esas prioridades, ¿dónde ubica a la Venezuela de Hugo Chávez?
-La relación con Venezuela tiene hoy tres componentes: amiguismo, ideologismo y negociados. Ninguno de los tres puede ser pauta para que un país serio se vincule con el mundo.
-¿Pediría los superpoderes?
-No, porque estoy convencido de que los superpoderes se transforman, como todas las desviaciones institucionales, en un elemento distorsivo y negativo que afecta la credibilidad del sistema, la previsibilidad y eso se traduce en pérdida de inversiones, fuga de capitales, incertidumbres. Me gusta un país con reglas claras. Hay que gobernar con ejemplaridad.
-¿El número de ministros en la Corte Suprema es el correcto?
-Cinco está bien, yo voté esa ley. El tema de la Corte no tiene que ver con el número, tiene que ver con la aptitud de sus componentes. Si me pregunta por una personalidad argentina con la que me siento totalmente identificado estos últimos años ése es Ricardo Lorenzetti.
-¿Qué piensa del reclamo de la Corte para tener su propio presupuesto?
-Estoy de acuerdo con la autarquía del Poder Judicial. Estoy de acuerdo con que el presupuesto tiene que fijarle una pauta y, dentro de esa pauta el Poder Judicial, tiene que tener la posibilidad de manejar sus propios recursos.
-¿Bregaría por una reforma del Consejo de la Magistratura?
-Sí. Lo central es quitar el derecho de veto a cualquier estamento. No puede haber derecho a veto. Tenemos que volver a un equilibrio. La segunda reforma sería que el Consejo se aboque sólo a la selección y destitución.
-¿Cómo afrontará la corrupción del gobierno de los Kirchner? ¿Promovería una comisión investigadora?
-Si, absolutamente. Estoy convencido de que en estos años ha habido mucha corrupción. Y creo que es necesario investigar.
-No se lo dejaría a la Justicia?
-Se lo dejaría a la Justicia, pero con un apoyo desde afuera.
-¿Cómo?
-Una suerte de "Conadep de la corrupción".
-¿Una "Conadep" o potenciando la Oficina Anticorrupción?
-Puede ser la Oficina Anticorrupción, pero dándosela a la gente absolutamente independiente de mi gobierno. Así como los organismos de control deben tener independencia de oficialismo y oposición?
-¿Mantendría el sistema actual de jubilaciones o alentaría la vuelta de las AFJP?
-No, no, de ninguna manera. Fui un opositor a la privatización de los ?90. Creo en el sistema de reparto. La obligación del Estado es un sistema de reparto. Lo que sí, trabajaría en la economía informal para lograr una ecuación diferente de activos sobre pasivos, que está en el 2 a 1, para transformarlo a 4 a 1.
-¿Reformaría la ley de medios?
-Sí. Adecuaría la desinversión en aquellas áreas donde puede haber distorsiones monopólicas. Estoy de acuerdo en la democratización absoluta de los medios de información.
-¿Habla de los operadores de cable?
-Hablo de impedir que cualquier protagonista tenga el dominio del mercado. Soy defensor a ultranza de la competencia de los mercados.
-Entonces, usted prohibiría la fusión entre CableVisión y Multicanal?
-Hay que revisar eso, pero a mí no me gusta la idea de que alguien pueda manejar el 80 o el 90 por ciento del cable.
-En la misma línea, entonces, con Telefónica controlando Telecom?
-Exactamente, eso me parece una alta concentración. No creo en los monopolios.
-¿Y el Fútbol para Todos?
-Sí, lo mantendría. Es una de las cosas que ya no podés volver atrás y, además, no me parece que sea un motivo de discusión central el acceso a los partidos de fútbol. El problema es si el Estado está en condiciones de gastar 900 millones de pesos".
Hemos optado por incluir la entrevista completa, resaltando con negrita algunas respuestas interesantes.
Habida cuenta de que el principal déficit de nuestro candidato es que es poco conocido, notas como la de hoy son súmamente importantes. Enhorabuena, aún a pesar de algunas respuestas que, a priori, pueden sorprender (cómo sucedió con nosotros).
Así comienza la entrevista: "Lo estoy notificando en este momento. Voy a ser candidato y voy a competir en la interna, cualquiera que sea el modo y el momento en que se celebre.
-¿Cuál sería su política ante los cortes de calles y los piqueteros?
-El Estado tiene que tener una política muy clara que no pasa por la represión. Comparto con este gobierno que la mejor política es la disuasión pacífica. Pero eso sí: hay un principio que es el de respeto por la ley y de las decisiones de los jueces que un gobierno debe garantizar. El ejemplo del parque Indoamericano muestra que cuando desde el Gobierno hay decisión firme y se traslada a las fuerzas de seguridad, y desde ahí a los ocupantes, tenés el 50% del tema resuelto. El otro 50% del tema es persuasión, disuasión, diálogo.
-¿Coincide con que la policía asista desarmada a las manifestaciones?
-No creo que haya que desarmar a la policía. Lo que creo es que hay que prepararla y profesionalizarla para que sepa para qué sirve tener un arma y que sólo se puede utilizar en situaciones excepcionales, proporcionales a lo que tiene enfrente.
-Hoy se reparten por lo menos $ 15.000 millones al año en planes sociales, ¿Los mantendría, ampliaría o eliminaría?
-El asistencialismo como herramienta para combatir la desigualdad es una herramienta de corto plazo. Una herramienta del «mientras tanto», que en la Argentina de algunos años que vienen seguirá siendo necesaria. Pero la brecha de desigualdad sólo se combate generando oportunidades. Y, para eso, la Argentina necesita una revolución educativa. Hay que invertir mucho en calidad de la educación pública, en infraestructura social básica.
-La asignación universal por hijo cuesta $ 7000 millones al año y extenderlo a todos los chicos del país por $ 200 cada uno rondaría los $ 25.000 millones anuales. ¿Qué planes tiene sobre eso?
-Ampliarlo. En una primera etapa y con esta brecha de desigualdad, mientras logramos esa revolución educativa, tenemos que ampliarlo. Yo promuevo políticas universales en serio. Universales significa a todos. Pero lo que no se puede es tenerlas como horizonte permanente, por lo que ese «mientras tanto» lo iremos reduciendo a medida que vayamos incorporando a muchos de ellos en la estructura social.
-Según los analistas privados, la inflación ronda hoy en entre el 25 y 30 por ciento. ¿Cómo la frenaría?
-La inflación tiene tres componentes. El primero es la emisión monetaria; el segundo -para mí, el más importante-, es que la oferta está perdiendo la batalla con la demanda; y el tercero es la expectativa inflacionaria, que el gran culpable es este gobierno. La intervención del Indec generó expectativas simplemente porque la gente sabe que sus índices son truchos. Si trabajamos estos tres elementos, en un año o año y medio tendríamos una inflación acotada.
-¿Reintegraría al Indec los técnicos que se fueron?
-¡Absolutamente! Creo que hay una cuestión de reparación no sólo legal, sino de reparación moral. Uno de los problemas de este país es que todas sus instituciones afrontan una discusión sobre su rol: si los DNU son una herramienta para el Ejecutivo o el Legislativo; en el Judicial, si el Consejo de la Magistratura es el que administra los fondos o es la Corte Suprema; en el Banco Central, si es el custodio del valor de la moneda o es el banco de desarrollo que quiere la Presidenta; el Banco Nación si es prestamista de la producción o del Gobierno; la Anses, si está al servicio de los jubilados de ahora y de los que vienen, o es un prestamista mayorista del Gobierno...
-¿Planea estatizar empresas de servicios públicos?
-Hay que analizar cada caso en particular y en función de cuál es el beneficio último para los usuarios. Ahora, ¿ese servicio lo debe prestar el Estado o lo puede prestar un privado? La verdad es que me es indistinto. Si lo presta el Estado, lo debe prestar bien, eficientemente, y que no dé lugar a negociados. Y si lo presta un privado, el Estado debe estar encima de él las 24 horas para que se cumplan los mismos parámetros.
-¿Qué haría con las retenciones, que permiten recaudar US$ 11.500 millones? ¿Las eliminaría o modificaría?
-Creo que hay que ir a un esquema de disminución progresiva. Pero ningún gobernante podría, de ninguna manera, eliminar las retenciones porque se han transformado en una fuente imprescindible de financiamiento del sector público.
-En el transporte público queda por resolver el dilema entre la actualización de las tarifas y los subsidios, que rondan los $ 63.000 millones al año, y las distorsiones que generan...
[Interrumpe] -Las distorsiones no están dadas por los montos, sino por la aplicación. No lo tengo miedo al subsidio al transporte en la medida que eso genere un beneficio al usuario. Para eso debemos aplicar una política de subsidios con contraprestaciones del otro lado. Pero si la política del subsidio es para que los funcionarios obtengan retornos o para que se enriquezcan los prestadores de esos servicios mientras la gente viaja como ganado, ése no es el país que yo quiero.
-¿Y Aerolíneas Argentinas? Pierde $ 8 millones por día. ¿Debe seguir siendo del Estado?
-Yo, hoy, no la privatizaría. Se ha recorrido un camino en el que es mucho más costoso desandarlo que tratar de hacerla eficiente para que no genere la pérdida que está generando. Y si vamos a ponerle subsidios, que Aerolíneas se haga cargo de aquellos lugares que otras líneas aéreas no podrían competir, trataría de generar competencia para beneficio final del usuario, pero pensando en su rol social.
-¿Apelaría a las reservas del Banco Central? El Gobierno prevé utilizar US$ 7500 millones este año.
[Tajante] -Absolutamente sí. No creo en un Banco Central desligado de la economía real, en un Banco Central que sea una isla. Creo que el Banco Central es una herramienta para un proyecto económico de desarrollo, aunque por supuesto tampoco creo que el Banco Central sea un prestamista del sector público. Debe ser un banco que apunte a direccionar el crédito de los bancos a la producción, a fomentar financiamiento que el sector productivo hoy no tiene.
-¿Dejaría que el Fondo Monetario auditara las cuentas públicas?
-Sí, [que audite] el que quiera. No tengo prejuicios. El Fondo Monetario fue muy perverso para la Argentina en un momento en el cual tuvimos gobiernos débiles que no pudieron marcarle la cancha al Fondo.
-También sobre el frente externo del país, ¿cómo sería su relación con Estados Unidos?
-Adscribo a la multipolaridad y a la vinculación entre bloques. Lo primero que debe hacer la Argentina es definir qué haremos con el Mercosur. Con Brasil tenemos que fortalecer el bloque para después, junto con Chile, vincularnos con Estados Unidos y con la Unión Europea, a la que le apunto mucho. Si tengo que apuntar a un eje, yo apunto a la relación Mercosur-Unión Europea porque nos aportará fortalezas y defensas frente a lo que avizoro como una guerra entre Estados Unidos, China e India.
-En esas prioridades, ¿dónde ubica a la Venezuela de Hugo Chávez?
-La relación con Venezuela tiene hoy tres componentes: amiguismo, ideologismo y negociados. Ninguno de los tres puede ser pauta para que un país serio se vincule con el mundo.
-¿Pediría los superpoderes?
-No, porque estoy convencido de que los superpoderes se transforman, como todas las desviaciones institucionales, en un elemento distorsivo y negativo que afecta la credibilidad del sistema, la previsibilidad y eso se traduce en pérdida de inversiones, fuga de capitales, incertidumbres. Me gusta un país con reglas claras. Hay que gobernar con ejemplaridad.
-¿El número de ministros en la Corte Suprema es el correcto?
-Cinco está bien, yo voté esa ley. El tema de la Corte no tiene que ver con el número, tiene que ver con la aptitud de sus componentes. Si me pregunta por una personalidad argentina con la que me siento totalmente identificado estos últimos años ése es Ricardo Lorenzetti.
-¿Qué piensa del reclamo de la Corte para tener su propio presupuesto?
-Estoy de acuerdo con la autarquía del Poder Judicial. Estoy de acuerdo con que el presupuesto tiene que fijarle una pauta y, dentro de esa pauta el Poder Judicial, tiene que tener la posibilidad de manejar sus propios recursos.
-¿Bregaría por una reforma del Consejo de la Magistratura?
-Sí. Lo central es quitar el derecho de veto a cualquier estamento. No puede haber derecho a veto. Tenemos que volver a un equilibrio. La segunda reforma sería que el Consejo se aboque sólo a la selección y destitución.
-¿Cómo afrontará la corrupción del gobierno de los Kirchner? ¿Promovería una comisión investigadora?
-Si, absolutamente. Estoy convencido de que en estos años ha habido mucha corrupción. Y creo que es necesario investigar.
-No se lo dejaría a la Justicia?
-Se lo dejaría a la Justicia, pero con un apoyo desde afuera.
-¿Cómo?
-Una suerte de "Conadep de la corrupción".
-¿Una "Conadep" o potenciando la Oficina Anticorrupción?
-Puede ser la Oficina Anticorrupción, pero dándosela a la gente absolutamente independiente de mi gobierno. Así como los organismos de control deben tener independencia de oficialismo y oposición?
-¿Mantendría el sistema actual de jubilaciones o alentaría la vuelta de las AFJP?
-No, no, de ninguna manera. Fui un opositor a la privatización de los ?90. Creo en el sistema de reparto. La obligación del Estado es un sistema de reparto. Lo que sí, trabajaría en la economía informal para lograr una ecuación diferente de activos sobre pasivos, que está en el 2 a 1, para transformarlo a 4 a 1.
-¿Reformaría la ley de medios?
-Sí. Adecuaría la desinversión en aquellas áreas donde puede haber distorsiones monopólicas. Estoy de acuerdo en la democratización absoluta de los medios de información.
-¿Habla de los operadores de cable?
-Hablo de impedir que cualquier protagonista tenga el dominio del mercado. Soy defensor a ultranza de la competencia de los mercados.
-Entonces, usted prohibiría la fusión entre CableVisión y Multicanal?
-Hay que revisar eso, pero a mí no me gusta la idea de que alguien pueda manejar el 80 o el 90 por ciento del cable.
-En la misma línea, entonces, con Telefónica controlando Telecom?
-Exactamente, eso me parece una alta concentración. No creo en los monopolios.
-¿Y el Fútbol para Todos?
-Sí, lo mantendría. Es una de las cosas que ya no podés volver atrás y, además, no me parece que sea un motivo de discusión central el acceso a los partidos de fútbol. El problema es si el Estado está en condiciones de gastar 900 millones de pesos".
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No veo muchas diferencias con las principales lìneas del gobierno la verdad... o sea, Kirchnerismo sin kirchneristas.
ResponderEliminarComo De la Rúa, que para ganar tuvo que prometer un menemismo sin menem.
Para eso me quedo con el orìginal y no con la copia, no sea cosa de que cuando tengan problemas lo tengan que llamar a Guillermo Moreno, como cuando De la Rua lo tuvo que llamar a Cavallo.
Ando medio insitente hoy, estoy medio al dope y tus ultimos posts me parecen piolas para debatir.
Antes que nada, ninguna explicación es necesari. Uno de los objetivos de estos espacios es debatir. Adelante, pues.
ResponderEliminarAl tildar a Sanz de "Kirchnerismo sin kirchneristas", estás dotándolo de una postura ideológica que, para muchos kirchneristas, produciría urticaria. Pero para aquellos que lo conocemos más, no resulta sorpresivo que busque ampliar la AUH para que sea "Universal" en serio, por citar un sólo ejemplo.
No somos de los que creemos que el Kirchnerismo haga todo mal. Sí creemos, y fervientemente, que hay muchas cosas que podrían hacerse mejor.
A diferencia de lo que sucede muchas veces en nuestro país, en el reportaje Sanz no parece dispuesta a rompero con todo lo que el Kirchnerismo haya realizado. Por el contrario, con buen tino, parece dar la idea de continuar aquello que se hizo bien, y mejorar aquellos que se hizo mal.
Solucionar la intervención del Indec, investigar la corrupción de la década Kirchnerista, respetar la autoarquía del Poder Judicial, e incluso permitir auditoría de las cuentas públicas, son sólo algunas de las significativas diferencias que Sanz tiene con esta administración.
Para terminar, y en tono de chicana, también podríamos mencionar el revisar (ay!) la fusión Cablevisión y Multicanal, o el control de Telefónica sobre Telecom.
Abrazo.
A mi tambièn me parece bien que no salga a romper todo en el reportaje, a patear el tablero alla Carrió. Pero entonces ¿porqué una oposición tan virulenta todos estos años?
ResponderEliminar¿Porqué se opuso al pago de deuda con reservas si ahora está de acuerdo? ¿Porqué propusieron eliminar las retenciones paulatinamente y ahora sòlo habla de reducción? ¿Porqué tanta diatraba conta el FPT y ahora dice que no tiene vuelta atrás?
¿Què onda con la AUH? Si la universalizás entonces los negros no se la van a gastar en timba y falopa?
Por otra parte cómo es eso de universalizarla? Hay muchas familias que no necesitamos esa ayuda social... si me la dieran a mí por ejemplo, sería una burla. ¿Se la vamos a dar al hijo de De Narvaez tambien?
Por último, no quiero dejar pasar el jucio de nuremberg 2.0. ¿Que es eso de investigar la corrupciòn "kirchnerista"? ¿No hay otras corrupciones acaso (en la misma década)? Sospecho que se trata de una medida tribunera, para meter en cana a 3 o 4 funcionarios atorrantes como Jaime, pero dejar intacta y bien cuidadita la corrupción no polìtica.
Se me hace que corrupciones como los semi-esclavos de Nidera, las coimas ofrecidas por las empresas de tickets canasta a Recalde, la evasión tributaria del sector agropecuario, etc no formarán parte de esa investigación... ¿o si? En ese caso, aplaudiré.
Sensatez y mesura y mucho sentido común, que falta a puñados en muchos otros candidatos.
ResponderEliminarDiscrepo en algún que otro detalle de las respuestas... pero son cosas sin importancia.
Lo único que me preocupa - visto el panorama patrio - es si alguien tan sensato y tan poco "altisonante y verborrágico" "vende". ¿"Venderá"?... Ojalá.
Gente así es la que hace falta.
¡Besos! :-)
Repite lo mismo que el gobierno.
ResponderEliminarAlgo así, como, yo lo haría mejor.
Dificil.
Faltó la pregunta más importante. De donde piensa sacar los votos?
El kirchnerismo tuvo algunos logros notables, siendo el mas destacado la visualizacíón que el trabajo es la forma mas efectiva de combatir la pobreza.
ResponderEliminarLástima que no sepan, pasados ls efectos devaluatorios iniciales, crear los incentivos para que inversiones no estatales sostengan ese postulado. Digo no sabe, porque sino "el modelo" no cierra ni ahí, por mas voluntarismo que se ponga.
Tampoco se si Sanz lo vislumbra. El viejo vicio del radicalismo de pretender ser "mas peronista que el PJ" en lugar de defender a su electorado de clase media, tiende a llevarlo al centrifugado en función de gobierno.
Sanz tiene una clara ventaja en cuanto a habilidad política con respecto a Ricardito y a Cobos, así como cero de instalación mediática.
Respecto de sus propuestas, no concuerdo con el tema AFJP ni AA, pero a fuer de ser sincero, no hay plafond político para revertir esas pésimas decisiones K.
Lo de la AUH, Ok.
Ley de Medios, habiendo hecho el desgaste el gobierno K, es claro que no se puede volver atrás y no es mala noticia acotar a Clarín, pese a que no le asignos la magnitud omnipotente que le atribuye el K-kismo, en su busqueda incesante de falsas épicas. Yo quiero que se acote a Clarín, pero no que lo hagan estos, que son, al comando del estado, mucho mas peligrosos para la libertad que Magnetto.
En definitiva, Sanz es un proyecto mucho mas consistente que Ricardito y que Cobos. Tengo miedo que el anfonsinismo residual lo tache de conserva y lo arruine.
ÉSTE ES EL QUE DIJO QUE LA AUH SE VA EN JUEGO Y DROGAS?AH.LINDO NENE.SACA 4 0 5 VOTOS.
ResponderEliminarEstimado Disidente:
ResponderEliminarMe alegra verlo publicando, con respecto al Sr Sanz creo que es un excelente candidato para el partido... creo que lo que se denomina "seriedad" puede ser quietismo, y lo que se denomina "mesura" pasar por la pusilanimidad ....falta (y voy a usar parámetros radicales no porque lo sea, sino para que me entienda...) un Amadeo Sabattini, un Moisés Lebensohn, un Oscar Alende (a pesar de las rupturas), un Frondizi (idem), tipos aguerridos que se ponían como Alfonsín el partido al hombro y desafiaban a la sociedad a pensar como ellos, no le copiaban el boleto al que viajó antes...,el radicalismo está demasiado temeroso de que le enristren sus fracasos, y busca un camaleonismo que no convencerá a nadie salvo a los disciplinados miembros afiliados ...igual le aclaro que este es un año donde las sorpresas dramáticas se impondrán sobre cualquier estrategia,y esto no es astrología... se va a decidir no a seguir con un modelo, sino a confiar si el modelo aguanta 4 años más sin fundir caja, o hay que mandarlo a boxes ya...
Desde ya, es un deber seguir debatiendo...
Atte/
Me suena medio raro, no sé, algo me hace ruido con este tipo. Me suena al típico candidato que se va moviendo en un espectro buscando su "target". Antes estaba en contra de la AUH. Como la AUH dió algunos resultados, ahora está a favor. Después, tira algunas líneas piolas de continuidad crítica, pero por otra parte sale de vuelta con eso de "ser un país serio" que a estas alturas suena medio risible. Qué es "ser" un país serio? Eso me parece que atrasa un poco.
ResponderEliminarSí le reconozco, como bien decís en el título, que tiene mesura, que no es como De Narvaez o la Carrió que quieren romper con todo, destruir todo y empezar todo de nuevo, sin ninguna continuidad.
Pero también alguno por ahí podría decir que es un tibio. No sé.
Saludos.
Si estuviera votando en la interna, igual votaría a Alfonsín.
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