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La edición dominical de Página 12 dedica su entera tapa a la columna de Horacio Verbitsky en la que intenta reivindicar al bueno de Néstor Kirchner basándose entre otras cosas, y tal como se hizo previamente en la blogósfera oficialista entre el viernes y el sábado pasados, en un video “de 1983”.
La columna del otrora periodista de investigación preocupado por los hechos de corrupción del gobierno de Carlos Menem (PJ, 1989 a 1999), intenta refutar parte de la construcción argumental del último libro de Sarlo, defendiendo al matrimonio presidencial principalmente en la arena de su relación con Clarín y en la política de Derechos Humanos.
Pero HV incurre en sorprendente omisiones en pos de elucubrar la argumentación de su defensa de CK y NK.
La cuestión de los Medios
“La prórroga por diez años de todas las licencias de radiodifusión, dispuesta en mayo de 2005 por el decreto 527, no fue un favor al Grupo Clarín (que acababa de renovar las suyas) sino a sus competidores de los canales de televisión 2 y 9, que las tenían a punto de vencer y para colmo estaban en convocatoria de acreedores”, sostiene Verbistky en su primea defensa. La renovación de todas las licencias, parece querer decir HV, no fue tanto un acto de generosidad con los intereses económicos de los propietarios de Clarín, sino que sirvió más bien para dotar de oxígeno a otros grupos económicos con intereses en medios audiovisuales, como Daniel Hadad. Curioso eufemismo para decir que en definitiva el decreto 527 beneficiaba a todos los dueños de medios en el país, Clarín incluido.
Sucede que en rigor de verdad, el mencionado decreto renueva todas las licencias audiovisuales en general, sin referirse a ninguna en particular, y por lo tanto, en su texto no hace mención a Canal 2, ni al 9. La anterior renovación que hiciera Kirchner de las licencias de Canal 13 y Canal 11 en diciembre de 2004 también se vió afectada por el decreto, que suspendió el conteo de los años de los plazos de las licencias de todos los canales, y benefició por lo tanto también a Magnetto.
Lejos de lo que intenta transmitir Verbistky, el decreto fue ampliamente rechazado por sectores afines al kirchnerismo por su alineación con los grandes grupos concentrados de medios. Ved por ejemplo lo que sostuvo la Dirección y Junta de las Carreras de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, que “rechazan y deploran la sanción del Decreto”:
“Una vez más, la política de comunicación se resuelve por decreto sin discusión pública”.
“El gobierno otorga un beneficio inaudito a los propietarios de medios de comunicación que formaron grandes grupos concentrados durante la década de los ´90”.
“El decreto 527/05 otorga la suspensión del plazo de las licencias sin establecer ninguna contraprestación de parte de los beneficiarios”.
“(..) una línea de política comunicacional de parte del gobierno acorde a los intereses de los propietarios de medios de comunicación”.
Por supuesto, Verbistky sostiene que la razón por la cual el bueno de Néstor no se enfrentó a Clarín durante la totalidad de su mandato (recién lo hace a través del mandato de su esposa, a partir de 2007) “obedece a debilidad objetiva y subjetiva”. Esta es una argumentación más apropiada para justificar, en todo caso, la sanción de la Ley de Preservación de Bienes y Patrimonios Culturales que protegió a medios de comunicación, y que se conoció como “Ley Clarín”. Recordemos, el bueno de Kirchner sancionó esta ley a días de contar apenas su primer mes en el gobierno, en Junio de 2003… Pero resulta una argumentación poco sólida para un presidente con ya casi 2 años de funciones, y quien gozaba de una “primavera política” significativa.
Las banderas de los Derechos Humanos
El otro pilar sobre el que construye Verbitsky su endeble defensa del kirchnerismo es un video de aparición reciente, en el que se ve a un joven Néstor clamando por el juicio a las juntas militares.
En efecto, y convirtiéndose así en un jugador tardío de la amplia operación de difusión que hicieron los blogs nac&pop, Verbitsky reproduce en Página 12 el mensaje (¿central?) de un video “del año 1983” en el que el bueno de Néstor sostiene que “siempre dijimos que Videla y Massera y Agosti, y todos los sinvergüenzas que vinieron después, iban a ser sentados en el banquillo de la justicia constitucional para que respondan ante tantos abusos y ante tantos crímenes cometidos contra este pueblo”.
Con esa rotunda frase, Verbistky intenta reivindicar a Kirchner, al hacerlo contrario a la idea imperante en la mayoría del pensamiento del PJ de la época, respecto del juicio a las juntas. Se sabe, el candidato presidencial del Justicialismo para las elecciones de 1983 se había manifestado proclive a aceptar la autoamnistía de las autoridades militares, en oposición a los deseos del candidato de la UCR, Raúl Alfonsín (gobierno durante el cual se llevaron, efectivamente a cabo, los Juicios a las Juntas y a terroristas guerrilleros).
Presumir que se reivindica la posición de Kirchner porque adscribía a la audaz idea de enjuiciar a los militares, expresa más un deseo y un anhelo, que un hecho fáctico. Hay poco, muy poco, de Kirchner en el campo de la defensa de los DDHH en toda su trayectoria política previa a su llegada al gobierno en 2003.
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