La postura oficial con respecto a la inflación representa sencillamente el mejor ejemplo del auto-atentado. Me pregunto, ¿cuán bobo se puede ser? Los ponderados cuadros políticos de los que tanto hablan en la blogósfera oficialista, ¿pueden ser estratégicamente tan estúpidos?
Desde el gobierno, insisten en utilizar eufemismos extravagantes para no reconocer la inflación. La intervención del Indec no alcanza, parece. Es necesario negar explícitamente los aumentos. Es de idiotas: no se puede negar la realidad que cada ciudadano palpa cuando va al supermercado, o cuando carga nafta, o cuando recibe la factura del colegio, o cuando lee que incluso analistas cercanos al Kirchnerismo recomiendan aumentar la asignación universal por hijo un 30% de modo de "sostener el poder adquisitivo de la transferencia".
La única verdad es la realidad, por citar la frase que Perón tomó prestada de Aristóteles. Pero desde el oficialismo no parecen pensar lo mismo. La verdad es únicamente la que nosotros decimos, parecen creer estos ilusos, obstinados.
Respondió Randazzo a las palabras de Cobos (quien por la tarde había sostenido que era innegable la existencia de inflación):
"Está faltando a la verdad. Nosotros decimos que la inflación es un proceso de incremento generalizado de precios y eso no se está dando en la Argentina. Lo que hay es un incremento de algunos precios y nosotros vamos a un esfuerzo para que eso no ocurra", insistió el titular de la cartera del Interior".
Cobos también recibió respuesta de Amado:
"Si aumentan los precios, es porque hay empresarios y comerciantes que los ajustan. (...) Los precios nos lo aumenta ni el Indec ni el gobierno".
Desde el gobierno, insisten en utilizar eufemismos extravagantes para no reconocer la inflación. La intervención del Indec no alcanza, parece. Es necesario negar explícitamente los aumentos. Es de idiotas: no se puede negar la realidad que cada ciudadano palpa cuando va al supermercado, o cuando carga nafta, o cuando recibe la factura del colegio, o cuando lee que incluso analistas cercanos al Kirchnerismo recomiendan aumentar la asignación universal por hijo un 30% de modo de "sostener el poder adquisitivo de la transferencia".
La única verdad es la realidad, por citar la frase que Perón tomó prestada de Aristóteles. Pero desde el oficialismo no parecen pensar lo mismo. La verdad es únicamente la que nosotros decimos, parecen creer estos ilusos, obstinados.
Respondió Randazzo a las palabras de Cobos (quien por la tarde había sostenido que era innegable la existencia de inflación):
"Está faltando a la verdad. Nosotros decimos que la inflación es un proceso de incremento generalizado de precios y eso no se está dando en la Argentina. Lo que hay es un incremento de algunos precios y nosotros vamos a un esfuerzo para que eso no ocurra", insistió el titular de la cartera del Interior".
Cobos también recibió respuesta de Amado:
"Si aumentan los precios, es porque hay empresarios y comerciantes que los ajustan. (...) Los precios nos lo aumenta ni el Indec ni el gobierno".
Personalmente creo que esta necedad le costará caro al oficialismo. El incendio crece, inexorablemente. La inflación constituye el principio del fin. Ya lo dijimos antes.
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Esta vez no estoy (tan) de acuerdo con usted. El principio del fin son los subsidios. Cuando se bajó un cambio con respecto a la carne, se armó el desbarajuste... ni quiero pensar cuando se venga el transporte, el gas, y los diez mil millones de pesos en subsidios que se preven para el 2010.
ResponderEliminarAhora, si en el 2011 gana cualquiera de la oposición ¿Se animará a desarmar la telaraña de subsidios cruzados? ¿O van a tranzar con las empresas?
Abrazo!!
Es interesante, Agustin. Aunque creo que estamos mas de acuerdo de lo que parece: el efecto palpable de la inflacion es en parte mitigado (en algunos rubros) por los subsidios que Ud. menciona.
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