Difícilmente alguien pueda tildarnos de oficialistas. Siquiera el lector distraído y abstraído, poco eficaz a captar algunas sutiles ironías propias de este espacio, se animaría a semejante despropósito. Suecede que nuestro voto no es secreto.
Se entenderá, en consecuencia, que este alegato electoral esté orientado hacia el voto opositor.
No suscribimos a la falacia del helicóptero. Como expusimos hace un tiempo:
"La falacia logra su cometido cuando, cegados por lo binario de la realidad que se nos presenta, optamos por el mal menor. Es en ése momento, en que limitamos nuestro sufragio al único partido con supuesta fuerza para gobernar, es que nos volvemos condición necesaria y suficiente para seguir dotando de realidad a la falacia. Nos convertimos en parte integral del sofisma esclavista".
Desde aquí, alentamos el voto por el cambio. Alentamos a cortar con aquellas vetustas estructuras partidarias que, hegemónicas, corrompen el espíritu altruista de la política.
No podemos seguir tropezando tres décadas con la misma piedra. No podemos vivenciar (con perdón de la RAE) por un lado el período de mayor crecimiento en la historia del país, y por el otro, seguir sufriendo los embates de la pobreza aún explícitamente existente en el conurbano bonaerense. El efecto derrame no se nota...
No podemos revalidar aquí un segundo período Kirchnerista cuyo objetivo declarado había sido por una mayor “calidad institucional”, cuando lo que puede observarse es exactamente lo contrario. Moreno, y sus formas, contradicen cabalmente ese anhelo electoral de la Cristina (por ese entonces) amiga de Clarín.
Lejos, demasiado lejos, quedaron los más importantes logros de la gestión K.
Sostuvimos hace un tiempo:
"Pasó todo su primer gobierno aliado a Clarín y con Magnetto como compañero comensal. Tuvimos un primer gobierno K en el que no hablábamos de Fibertel, ni de Papel Prensa, ni del ADN de los Noble-Herrera. Nada de eso importaba durante la etapa fundacional del Kirchnerismo. Los medios no eran monopólicos, ni eran enemigos de la voluntad y los intereses nacionales y populares. Por el contrario: las tapas condescendientes de Clarín eran retribuidas con renovación de licencias y autorizaciones de fusiones en la industria del cable".
Casi un período presidencial entero, destinando recursos a la guerra con el otrora socio Clarín. Y en ese interín, los problemas de inseguridad no son resueltos, el ANSES no posee fondos para pagar los juicios de los jubilados (verdaderos dueños de aquellos fondos), y la inflación es ninguneada por un Ministro de Economía adepto a vacacionar en EEUU y a tocar su Fender.
En este espacio creemos que ocho años de Kirchnerismo es suficiente. Argentina, país que eligió tener a Menem como presidente por diez años, no necesita doce años del gobierno del bueno de Néstor o de su señora esposa.
El triunfalismo K es endeble. Desde aquí, optamos por el cambio.
“El cambio seguro”, podrán endilgarnos. Y podrían estar en lo cierto. Es una opción que tenemos….
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Se entenderá, en consecuencia, que este alegato electoral esté orientado hacia el voto opositor.
No suscribimos a la falacia del helicóptero. Como expusimos hace un tiempo:
"La falacia logra su cometido cuando, cegados por lo binario de la realidad que se nos presenta, optamos por el mal menor. Es en ése momento, en que limitamos nuestro sufragio al único partido con supuesta fuerza para gobernar, es que nos volvemos condición necesaria y suficiente para seguir dotando de realidad a la falacia. Nos convertimos en parte integral del sofisma esclavista".
Desde aquí, alentamos el voto por el cambio. Alentamos a cortar con aquellas vetustas estructuras partidarias que, hegemónicas, corrompen el espíritu altruista de la política.
No podemos seguir tropezando tres décadas con la misma piedra. No podemos vivenciar (con perdón de la RAE) por un lado el período de mayor crecimiento en la historia del país, y por el otro, seguir sufriendo los embates de la pobreza aún explícitamente existente en el conurbano bonaerense. El efecto derrame no se nota...
No podemos revalidar aquí un segundo período Kirchnerista cuyo objetivo declarado había sido por una mayor “calidad institucional”, cuando lo que puede observarse es exactamente lo contrario. Moreno, y sus formas, contradicen cabalmente ese anhelo electoral de la Cristina (por ese entonces) amiga de Clarín.
Lejos, demasiado lejos, quedaron los más importantes logros de la gestión K.
Sostuvimos hace un tiempo:
"Pasó todo su primer gobierno aliado a Clarín y con Magnetto como compañero comensal. Tuvimos un primer gobierno K en el que no hablábamos de Fibertel, ni de Papel Prensa, ni del ADN de los Noble-Herrera. Nada de eso importaba durante la etapa fundacional del Kirchnerismo. Los medios no eran monopólicos, ni eran enemigos de la voluntad y los intereses nacionales y populares. Por el contrario: las tapas condescendientes de Clarín eran retribuidas con renovación de licencias y autorizaciones de fusiones en la industria del cable".
Casi un período presidencial entero, destinando recursos a la guerra con el otrora socio Clarín. Y en ese interín, los problemas de inseguridad no son resueltos, el ANSES no posee fondos para pagar los juicios de los jubilados (verdaderos dueños de aquellos fondos), y la inflación es ninguneada por un Ministro de Economía adepto a vacacionar en EEUU y a tocar su Fender.
En este espacio creemos que ocho años de Kirchnerismo es suficiente. Argentina, país que eligió tener a Menem como presidente por diez años, no necesita doce años del gobierno del bueno de Néstor o de su señora esposa.
El triunfalismo K es endeble. Desde aquí, optamos por el cambio.
“El cambio seguro”, podrán endilgarnos. Y podrían estar en lo cierto. Es una opción que tenemos….
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HDP! Entre al link y al ver la foto vomite todo el teclado!
ResponderEliminarPese a todas las dudas, la certeza es que uno quiere que esto cambie.
ResponderEliminarEscribí mi endorsement en mi blog, igual que en el 2009, cábala.
Un abrazo y mucha suerte.
Estimado,dice"Alentamos a cortar con aquellas vetustas estructuras partidarias" y va a votar a Ricardo Alfonsín, marche un oxímoron!
ResponderEliminarIba a comentar exactamente lo mismo que Y?. Jaja
ResponderEliminarSi creen que son comparables los aparatos...
ResponderEliminarEstimado Disidente cambie el nombre del blog pero no afloje!
ResponderEliminarSe acuerda cuando le decía sobre las elecciones de Sta Fe, Córdoba y CABA, pues bien ganó CFK en esos distritos, se subieron a un carro que no tenía caballos.
Parece que fueron otros los que se comieron el 'relato'.
ResponderEliminar¿Recuerda el debate que mantuvimos hace un tiempo? Cuando planteaba la necesidad de una "dosis de pragmatismo"? Yo se que con el diario de ayer es fácil, pero estaba viendo los resultados en Buenos Aires y mientras Alfonsín sacó el 11%, De Narváez sacó casi el 17%. ¿Cuál fue el aporte del Colorado entonces, si le cortaron boleta?
ResponderEliminarComo si todo fuera más evidente aún, Binner sacó 6,5 % (casi exacto el corte de boleta).