Es evidente mi desencanto con el Kirchnerismo. No lo escondo; lo manifiesto abiertamente.
Pero cuesta encuentrar en la oposición una representación clara de una concreta propuesta diferenciadora. Ingenuamente, sostengo que Argentina necesita un gobierno por fuera de esa estructura hegemónica y caduca que es el Peronosimo. Más aún, necesitamos alternancia política: que diferentes partidos gobiernen, siempre cumpliendo su mandato en forma completa, y sin alterar diametralmente buenas políticas del gobierno anterior.
Por estos motivos, mi voto disidente del 28J fue destinado al ACyS. Al vivir en PBA, me puso contento el 21.5% que obtuvo Margarita. No alcanzó, pero se hizo una buena elección.
Pero siento cierta desazón. La renuencia de Carrió en aceptar la (limitada) invitación al diálogo por parte de CFK desató una inédita presión dentro del ACyS. Sostuve desde el principio mi crítica a su actitud. Ahora, los popes de los partidos integrantes del Acuerdo buscan limar asperezas.
¿Por qué es tán difícil componer un partido opositor que logre diferenciarse en serio de las conductas típicamente observadas en el principal partido del país? Igual, no pierdo las esperanzas.
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