Hace un año, el New York Times destacaba la siguiente noticia:
"Obama issues directive to shut down Guantanamo". La orden, firmada delante de 16 generales y almirantes retirados, daba instrucciones de completar el cierre de la prisión en un plazo menor a un año.
Pasaron ya los 365 días. Y Obama no cumplió. Una vez más, defraudó.
Difícil el momento por el que atraviesa Obama. La enorme expectativa generada con su asunción se ha visto defraudada en poco más de un año. El envío de más tropas a Afganistán, el no cierre de Guantánamo, y la demora en la reforma del sistema de salud de su país, entre otras, han repercutido en el ánimo de los votantes. El triunfo del Partido Repoblicano en la tierra de los Kennedy (Massachusetts) es una clara señal de alarma.
Administrar expectativas es un arte crucial para políticos. Por caso, las bajas expectativas que había por el primer gobierno del bueno de Néstor, le jugaron claramente a favor. Asumiendo con un 22% de los votos (canallada de Menem, mediante), Néstor logro cerrar un primer período aceptable, considerando el contexto (y aún con bemoles - por citar tan sólo uno).
A lo que voy, es que en este momento espero poco, muy poco, de la segunda mitad del segundo período Kirchnerista. Mis expectativas son bajas.
¿Tendrá el oficialismo la altura necesaria como para cerrar su mandato en forma aceptable? ¿Abandonará su estrategia de encerrarse en sí mismo, en la que apela a la confrontación directa, para asumir una estrategia de suma de voluntades?
Espero que el Kirchnerismo no condicione a su sucesor en 2011. ¿Será mucho pedir?
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